En este mundo las rosas vienen con espinas y estas nos hieren a lo largo de nuestra vida. También la alegría de los pétalos y su suavidad nos hacen percibir un trocito de cielo en la tierra.
Así nos hicieron sentir los salesianos cuando éramos jóvenes.
Los que pudimos disfrutar de su compañía en la niñez percibimos una bocanada de aire fresco en nuestras vidas.
El Colegio Hogar fue ese vergel de rosas sin espinas donde unos niños podían sanar sus heridas al amparo de María auxiliadora y Don Bosco. Ellos nos llevaron al Señor y Ël nos dio al Padre y es por ello que nunca ha habido huérfanos en el Colegio Hogar.
En este mundo las rosas vienen con espinas.
Texto: Alejandro Martínez García.
Es verdad que las rosas vienen con espinas, pero sin ellas no serían rosas.