Sobre la elección de estado

Autor: Colaboración
On 8 marzo, 2021

Sobre la elección de estado. Sueño 06. 1834.

Se acercaba el final del Curso de humanidades 1833-34, época en la que los estudiantes que terminan dichos estudios suelen deliberar sobre el rumbo de su vocación.

«El sueño de Murialdo —escribe Don Bosco en sus Memorias— perduraba grabado en mi mente, de tal manera que la visión del mismo se renovaba en mí, cada vez con mayor claridad.

Por tanto, si quería prestarle fe, debía elegir el estado eclesiástico, al cual sentía verdadera inclinación; mas al encontrarme falto de las virtudes necesarias, mi decisión se hacía difícil y dudosa.

¡Oh, si hubiese tenido entonces un guía que se cuidase de mi vocación!

Disponía de un confesor que quería hacer de mí un buen cristiano, pero que jamás quiso mezclarse en los asuntos de mi vocación.

Consultando conmigo mismo y después de leer algún libro que trataba sobre la elección de estado, me decidí a entrar en la Orden Franciscana.

Si me hago clérigo secular —me decía a mí mismo— mi vocación corre gran riesgo de naufragio.

Abrazaré el estado religioso, renunciaré al mundo, entraré en un claustro, me entregaré al estudio, a la meditación y en el retiro podré combatir las pasiones, especialmente la soberbia, que había echado hondas raíces en mi corazón.

Hice, por tanto, la petición al Convento de Reformados; sufrí examen; fui aceptado, quedando todo preparado para mi ingreso en el Convento de La Paz, en Chieri.

Pocos días antes de la fecha establecida para mi entrada, tuve un sueño de lo más extraño».


Sobre la elección de estadoMe pareció ver una multitud de religiosos de dicha Orden con los hábitos sucios y desgarrados, corriendo en sentido contrario unos de otros. Uno de ellos se acercó a mí para decirme:

—Tú buscas la paz y aquí no encontraras la paz. Ya ves la situación de tus hermanos. Dios te tiene preparado otro lugar y otra mies.

Quise hacer algunas preguntas a aquel religioso, pero un ruido me despertó y no volví a ver cosa alguna.

Lo expuse todo a mi director que no quiso oír hablar ni de sueños ni de frailes:
—En este asunto —me dijo— es necesario que cada uno siga sus inclinaciones y no los consejos de los demás.


Tal es la traducción del texto de las Memorias de Don Bosco.

Don Lemovne se expresa en estos términos en las Memorias Biográficas al relatar el mismo sueño:

«Aproximándose la fiesta de Pascua, cuenta el mismo Don Bosco, que en aquel año de 1834 cayó en 30 de marzo, hice la petición para ser admitido entre los Franciscanos Reformados. Mientras aguardaba la respuesta y sin haber manifestado a nadie mis propósitos, he aquí que un buen día se me presenta un compañero llamado Eugenio Meco, con el cual tenía poca familiaridad y me pregunta:

—¿Qué, has decidido hacerte franciscano?

Lo miré maravillado y le dije:

—¿Quién te ha dicho eso?

Y enseñándome una carta, replicó:

—Me comunican que te aguardan en Turín para rendir examen juntamente conmigo, pues yo también he decidido abrazar el estado religioso en esta Orden.

Fui pues, al Convento de Santa María de los Ángeles, de Turín; hice el examen y fui aceptado para la mitad de abril, quedando todo preparado para ingresar en el Convento de La Paz, de Chieri.

Pero poco antes de la fecha señalada para mi ingreso en dicho Convento, tuve un sueño de lo más extraño».

Y a continuación sigue el relato del mismo tal y como lo hemos consignado anteriormente, traducido de las Memorias personales de Don Bosco.

Los Padres Franciscanos conservan un certificado relacionado con este hecho que dice así:


«Anno 1834 receptus fuit in conventu S. Mariae Angelorum Ord. Reformat. S. Francisci, juvenis Joannes Bosco, a Castronovo, natus die 17 augusti 1815, baptizatus, et confirmatus. Habet requisita et vota omnia.—Die 18 aprilis.

Ex libro II, in quo describuntur juvenes postulantes ad Ordinem acceptati et aprobati ab anno 1638 ad annum 1838. Padre Constantino de Valcamonica».

 

(M. B. Tomo I, págs. 301-302. —M. O. Década 1,14; págs. 79-81)

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