Los cinco defectos de Jesús, ¿Son una realidad o un cuento?
Sí, tenía defectos. Y te van a encantar.
El cardenal vietnamita Francisco Xavier Nguyen Van Thuan tuvo como lema de vida la esperanza que llena de amor el momento presente.
Siendo prisionero por el régimen comunista durante 13 años, 9 de los cuales en total aislamiento, no quedó de “brazos cruzados” esperando la liberación; al contrario, con la creatividad propia del amor, se hizo amigo de los carceleros, construyó para sí un crucifijo, celebró la eucaristía clandestinamente y escribió tres libros.
Después de una vida luminosa, murió víctima del cáncer en septiembre de 2002.
En 2010 la Iglesia inició su proceso de beatificación.
Los defectos de Jesús que fueron predicados a la Curia Romana en 1999 en presencia del Santo Padre Juan Pablo II son:
Los cinco defectos de Jesús
Van Thuan se declara apasionado por los defectos de Jesús y los describe en el libro “Testigos de esperanza”:
Primer defecto: Jesús no tiene memoria
En el Calvario, en el auge de la agonía indescriptible, Jesús oye la voz del ladrón a su derecha: “Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino” (Lc 23,43).
Si fuese yo, habría respondido: “No te voy a olvidar, sino que tus crímenes se merecen muchos años de purgatorio”.
Sin embargo, Jesús le respondió: “…hoy estarás conmigo en el Paraíso” (Lc 23,43).
Jesús olvidó todos los crímenes de ese hombre.
La memoria de Jesús no es igual que la mía…
Segundo defecto: Jesús no sabe matemáticas
Si Jesús se hubiese sometido a un examen de matemáticas, seguro que suspendía …
“Un pastor tenía 100 ovejas. Una se pierde. Él, inmediatamente, deja las 99 en el redil y fue en busca de la descarriada. Al volver a encontrarla, la puso en su hombro y volvió feliz” (cf. Lc 15,4-7).
Para Jesús, una persona tiene el mismo valor de noventa y nueve, incluso más.
Tercer defecto: Jesús no tiene lógica
Una mujer tenía 10 dracmas. Perdió una. Enciende la lámpara; barre la casa… busca hasta encontrarla.
Cuando la encuentra invita a sus amigas a compartir la alegría por volver a encontrar la dracma… (Lc 15,8-10).
De hecho, no tiene lógica hacer fiesta por una dracma.
El corazón tiene razones que la razón no entiende.
Jesús dio una pista: “Yo os digo que habrá más alegría en los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta…” (Lc 15,10).
Cuarto defecto: Jesús corre demasiados riesgos
Los ejecutivos, las personas encargadas del “marketing de empresa”, llevan en sus carpetas proyectos, planes cuidadosamente elaborados.
En todas las instituciones, organizaciones civiles o religiosas no faltan programas prioritarios; objetivos, estrategias.
Nada de esto pasa con Jesús. Si se analiza humanamente, su proyecto está destinado al fracaso.
A los apóstoles, que dejaron todo para seguirle, no les garantiza el sustento material, ni casa para vivir, solamente compartir su estilo de vida.
A uno que deseaba unirse a los suyos, responde: “Las zorras tienen madriguera y las aves nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene donde reclinar la cabeza” (Mt 8,20).
Los doce confiaron en este aventurero. Millones y millones de otros igualmente.
Ya son más de dos mil años y una incalculable multitud de seguidores sigue peregrinando.
Galerías enormes de santos, bienaventurados, héroes y heroínas de la aventura.
En el Universo entero sigue adelante esta bendita romería.
¿Será que este aventurero tenía razón?
Si es así, ¡será que el viaje más fantástico y contracorriente de la historia es el bueno!
“¿A quién iremos, Señor?”
Quinto defecto: Jesús no entiende de finanzas ni de economía
Si Jesús fuese el administrador de la empresa, de la comunidad, la ruina sería cuestión de días.
¿Cómo entender a un administrador que paga el mismo salario al que empieza el trabajo antes y al otro que sólo trabaja una hora?
¿Un descuido? ¿Jesús no sabe contar? …
¿Por qué Jesús tiene esos defectos?
Porque es el Dios de la Misericordia y el Amor Encarnado. Dios Amor (cf. 1Jn 4,16).
Por tanto, no es un amor racional, calculador, que condiciona, ni recuerda las ofensas recibidas.
Sino un amor donación, servicio, misericordia, perdón, comprensión, acogida.
¿En qué medida? Infinita.
Los defectos de Jesús son el camino de la felicidad.
Por eso, damos gracias a Dios. Para alegría y esperanza de la humanidad, esos defectos son incorregibles.
Luciano García Medeiros
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