Suerte de dos jóvenes que abandonan el Oratorio, sueño 13. Año de 1846.
(M. B. Tomo II, pág. 383)
Ante los peligros y pérdidas de las almas y frente a la ofensa a Dios, San Juan Bosco nunca pudo permanecer indiferente.
En aquellos días San Juan Bosco tuvo un sueño que le causó un dolor profundo.
Vio a dos jovencitos, a los cuales conocía, saliendo de Turín para dirigirse a Becchi; pero
cuando llegaron al puente del Po se les echó encima una bestia de aspecto feroz.
Esta, después de haberlos embadurnado con su baba, los arrojó al suelo y revoleándolos largo tiempo en el fango los dejó recubiertos de tal suciedad que sólo el mirarlos causaba náuseas.
San Juan Bosco narró este sueño a algunos de los que estaban con él, diciendo los nombres de los dos jóvenes que había visto en el mismo; y los hechos demostraron que no se trataba de mera fantasía, pues aquellos dos infelices, después de abandonar el Oratorio se dieron a toda clase
de desórdenes.
Testigo del relato de este sueño fue el fiel Buzzetti, una de las primeras figuras del Oratorio a pesar de su condición de coadjutor, vocación que siguió por imposición de los hechos.
Nacido en Caronno Ghiringhelio, provincia de Lombardia, el 7 de febrero de 1832, vivió con San Juan Bosco hasta la edad de cincuenta y nueve años, en que murió en el Oratorio un 13 de julio.
Fue uno de los cuatro escogidos por el Santo para fundar la Congregación Salesiana, recibiendo el hábito talar el día de la Purificación de Nuestra Señora en 1851, fecha en la que en el Oratorio se celebraba también la fiesta de San Francisco de Sales.
En marzo del año siguiente, como consecuencia de un accidente pirotécnico, perdió el dedo índice de la mano izquierda, accidente que le obligó a dejar la sotana.
Continuó viviendo con San Juan Bosco y durante muchos años, debido a su gran delicadeza de conciencia, no se atrevió a profesar, hasta que en 1878, dio definitivamente su nombre a la Congregación.
Nota:
En unas fuentes este es el sueño 12 y en otras el 13. Realmente, por las memorias biográficas el sueño 12 es una continuación del once. Yo sigo la numeráción que se recoge de las memorias biográficas.
Suerte de dos jóvenes que abandonan el Oratorio,
Sueño 13. Año de 1846. (M. B. Tomo II, pág. 383)
Muy bonita la obra de don Bosco. Siempre estuvo ahí para ayudar a los necesitados.