Febrero de 2022. A mis hermanos salesianos y a todos los miembros de nuestra Familia Salesiana.
La situación de Turín en la década de los sesenta había cambiado considerablemente respecto a la que había determinado la respuesta de Don Bosco en los inicios del Oratorio.
Había cambiado la sociedad y habían cambiado los jóvenes, que ya no tenían el mismo interés que antes por las actividades de un día de fiesta como las que ofrecían los Oratorios.
Ante esta situación, Don Bosco exploró nuevas obras y comenzó la expansión de la misión salesiana fuera de la ciudad.
Tras un primer intento fallido en Giaveno, en el año 1863 Don Bosco envió a sus salesianos a Mirabello para iniciar una escuela.
El equipo estaba formado por el sacerdote Rúa, con 25 años de edad, por tres clérigos que apenas superaban los 20 y por el jovencísimo Pablo Albera que, a sus 19 años, aún no había realizado la profesión religiosa.
Para todos son conocidos los consejos que Don Bosco transmitió a Don Rúa al ponerse al frente de esta nueva presencia.
En estas buenas noches me gustaría detenerme en el que ha quedado grabado en ese recuerdo que los salesianos recibimos con nuestra profesión perpetua junto con la cruz y la imagen del buen pastor:
Procura hacerte querer
La cruz y la imagen de Jesús, buen pastor, dan sentido y profundidad a las motivaciones para perseverar en este consejo.
Hacerse querer entre los chicos y entre la gente, en la casa en la que se habita, no es solo una estrategia pastoral o una expresión personal de los afectos.
Hacerse querer supone imitar a Jesús que es manso y humilde de corazón.
Es vivir para los demás y no para uno mismo; es saber encontrar los gestos y los detalles concretos a través de los cuales el cariño no solo se expresa, sino que además se percibe.
Hacerse querer supone afrontar la necesidad de cambiar y una buena dosis de ascesis personal, porque no siempre sale de forma natural esa bondad para con el otro, que es para nosotros camino de santidad.
Estos días hemos profundizado en la espiritualidad de la bondad que Don Bosco tomó de San Francisco de Sales y que el Rector Mayor nos propone en su reflexión del aguinaldo.
En muchas de nuestras casas hemos celebrado el día del carisma y han resonado palabras como amabilidad, cercanía, dulzura, como expresión de una pasión pastoral que lleva a anunciar la buena noticia de Jesús con nuestra vida, haciendo todo por amor y nada a la fuerza.
El consejo con el que Don Bosco envió a Miguel Rúa a Mirabello, resuena en este contexto y al inicio de un nuevo mes:
Procura hacerte querer
Cada uno podremos pensar cómo llevarlo a cabo, qué tenemos que cambiar de nosotros mismos y cómo hacer para que nuestra presencia en medio de la gente, sea un signo desinteresado del amor que Dios nos tiene.
Un amor que es paciente, que no tiene envidia, no es egoísta, no lleva cuenta del mal, disculpa, aguanta y espera sin límites.
Si imitamos este amor en nuestra vida cotidiana, seguro que conseguiremos hacernos querer.
Un fuerte abrazo
Inspector SSM
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