Fue un éxito la excursión a Santiago de Compostela y Pazo de Faramello. Esta es la opinión unánime de las 45 personas que participamos en ella.
Salimos a la hora prevista con puntualidad exacta.
Aunque el micro del autocar no funcionaba, no supuso ningún inconveniente, ya que las visitas realizadas tenían sus propios guías especializados, que nos dieron las explicaciones pertinentes.
Llegamos a la bellísima Plaza del Obradoiro, a la hora prevista y en el Palacio de Gelmírez nos esperaban para tramitar las entradas.
El Pórtico de la Gloria y las cubiertas.
Nos dividimos en dos grupos para visitar el Pórtico de la Gloria, con solo 15 minutos para cada uno. Se nos hizo muy corto el tiempo para admirar la magnífica obra del maestro Mateo, y disfrutar con la policromía restaurada, manteniendo los colores originales.
Después, en un solo grupo, subimos los cien escalones para acceder a las cubiertas.
Para recobrar el aliento descansamos en el Coro de la Catedral, para luego seguir hasta la Torre de la Carraca.
Al fin, alcanzamos las cubiertas de losas de piedra escalonadas, bien guardadas por las espectaculares torres de la Catedral.
Desde las alturas nos recreamos con una vista panorámica del casco antiguo de Santiago.
Callejeo por Santiago y comida en Don Quijote.
Tras el descenso por los altos escalones con mucho cuidado, se nos concedió un amplio tiempo libre.
Nos disgregamos en pequeños grupos para callejear por los lugares más emblemáticoas del entorno: plazas de Azabachería, Platerías y Quintana.
No faltaron las visitas al interior del templo, con una visita al sepulcro del apóstol.
Y aún quedó tiempo para un cafe, un vino o caña, en alguno de los muchos bares típicos de la zona.
En un año jubilar como el presente, las rúas del Franco y del Villar son invadidas por los peregrinos y turistas.
A la hora señalada, nos fuimos a pie, desde la plaza del Obradoiro, hasta el restaurante Don Quijote, donde nos esperaba un buen «xantar» gallego.
Abriendo boca con empanada, caldo de grelos, «xarrete asado» y tarta de Santiago, todo bien condimentado, para rematar con un cafe bien cargado, para seguir con el programa bien despiertos.
En la comida nos acompañó “Don Paco”, como cariñosamente llamamos a Francisco Garcia Fraile, SDB.
De él aprendimos y disfrutamos como delegado, durante su etapa en Vigo y desde hace unos años en Santiago , donde, entre otras actividades, es Confesor de la Catedral.
También nos reencontramos con Ángel Dorrego Leal, quien durante 15 años desarrolló un encomiable y altruista trabajo, como director de Cáritas Diocesana en Vigo, antiguo alumno de Orense y miembro de nuestra Asociación.
El Pazo de Faramello.
Después de la comida y sobremesa salesiana, nos dirigimos al Pazo de Faramello, a 12 kilómetros de Santiago.
Se situa en el Cañón del Rio Tinto, afluente del famoso rio Sar, cantado por la insigne poetisa y escritora gallega Rosalía de Castro.
El Nobel, Camilo José Cela, lo cita tambien en su obra.
Se trata de una construcción típica galaica, bien integrada en el entorno, con más de dos hectáreas, en medio de jardines, árboles frutales y viñedos.
En el Pazo se encuentra una antigua capilla de nuestra Señora de las Nieves, cuyo retablo fue realizado por la misma mano que esculpió fragmentos de gloria en la Catedral.
En 1710 aquí funcionaba la primera fábrica de papel de Galicia, llegando a dar trabajo a 50 familias del entorno.
Finalizo diciendo que disfrutamos de una magnifica jornada, en la que las emociones y buenas sensaciones se hicieron presentes, así como una climatología soleada y benigna que favoreció mucho a su desarrollo.
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