Buenas noches de enero de 2023, a mis hermanos salesianos y a todos los miembros de nuestra Familia Salesiana.
Aquel muchacho de Asti no había entrado en la sacristía de la iglesia de San Francisco de Asís por los motivos que el sacristán había esperado.
Sus respuestas ante las preguntas de Don Bosco manifestaban que su vida estaba más llena de experiencias negativas que de motivos para la esperanza.
Aquel diálogo que culminó con una propuesta y una sencilla oración, se ha convertido, porque así Don Bosco lo quiso, en un icono de la misión salesiana, en un modelo de relación educativa que consigue tocar el corazón y abrir puertas que inicialmente estaban cerradas.
Educar es cosa del corazón y solo Dios es dueño.
Esta afirmación que Don Bosco nos dejó escrita la hizo experiencia vital en su manera de relacionarse con los jóvenes, como sucedió en el encuentro mantenido con Bartolomé Garelli en aquella entrañable sacristía.
Puertas que estaban cerradas se abrieron para aquel muchacho porque un sabio y santo educador supo hacer las preguntas justas para arrancar una sonrisa, una expectativa, un camino por recorrer.
La llave del corazón de cada persona solo se abre desde dentro.
La genialidad educativa de Don Bosco consistió en generar situaciones que ayudaron a muchos jóvenes a abrir esa puerta para encontrar escucha, ayuda, consejo, acompañamiento.
Su ejemplo es estímulo para nosotros y nos invita a hacer del Sistema Preventivo un modelo que inspire nuestra manera de relacionarnos con las personas y de proclamar la buena noticia del Evangelio.
La escena de aquella sacristía se podría haber cerrado con una reprimenda objetivamente justa y conforme a las normas, pero aquel santo educador la convirtió en la primera página de un hermoso libro de pastoral juvenil.
Os invito a releer el encuentro de aquel 8 de diciembre de 1841 para que el diálogo de Don Bosco con Bartolomé Garelli sirva de inspiración para tantos diálogos que tenemos con quienes compartimos vida.
Ojalá sepamos ver lo que necesitan las personas más allá de las apariencias y dominemos ese ímpetu de juzgar por la vía rápida desde nuestros cerrados puntos de vista.
Ojalá sepamos escuchar, hacer preguntas adecuadas y proponer caminos que acerquen la Buena Noticia de Jesús a la vida de las personas.
He aquí el origen de nuestro Oratorio, que con la bendición del Señor creció tanto como entonces nunca hubiera imaginado.
Un fuerte abrazo.
Fernando García Sánchez
Inspector SSM
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