Buenas noches de mayo de 2023, a mis hermanos salesianos y a todos las miembros de nuestra Familia Salesiana.
En el año 1846, Don Bosco se encontraba a cielo descubierto con más de trescientos muchachos que frecuentaban el Oratorio.
Las dificultades de esta época itinerante no eran pocas, pero la alegría que se respiraba en el ambiente la podemos captar en este breve relato de la Memorias del Oratorio.
En el se narra cómo a golpe de tambor y sonido de trompeta, esa multitud de muchachos disfrutó de un día de convivencia en Superga:
bromas, cantos, gritos, juegos aplausos, acompañaron una jornada ágilmente narrada por Don Bosco en la que había tiempo para la diversión, el juego, la celebración de la fe cristiana y el aprendizaje.
Aquel paseo a Superga del año 1846 ha inspirado muchas de las actividades que en las Casas Salesianas se desarrollan especialmente en este mes de mayo.
La fiesta es para nosotros un espacio educativo y un lugar donde poder generar esos vínculos que hacen de nuestros ambientes, lugares diferentes para los muchachos que los habitan.
La alegría se expresa no solo cuando se disfruta de una actividad atrayente que podría adquirirse en el creciente mercado del tiempo libre, sino cuando se genera un estilo de relaciones donde uno se siente a gusto, en familia.
Cuando se establece un vínculo en el que alguien se siente parte de una Casa y se respira un ambiente que hace nacer la amistad, la cercanía con los educadores, la confianza, el cariño.
El mes de mayo es el mes de la fiesta salesiana por antonomasia.
Proliferan las actividades en nuestras Casas aprovechando excursiones como la de Superga y otros momentos que nos brinda el calendario.
Mayo es el mes de María Auxiliadora y en torno a la madre nuestras presencias han sabido generar una devoción popular que toca el corazón, un cariño a la Virgen que permanece a lo largo de la vida, un sinfín de oportunidades de encuentro que propician convivencia y generan alegría.
Tras unos años en los que las restricciones, las inseguridades y los miedos nos han condicionado mucho, este año hemos vuelto a tener los espacios y los tiempos adecuados para expresar este espíritu de fiesta y alegría.
El paseo de Superga de Don Bosco se vive en cada lugar en las actividades que la creatividad salesiana ha generado con su capacidad de convocar a pequeños y mayores en un clima de fiesta.
Mi deseo es que estas posibilidades nos lleven de esa alegría que nace de estar juntos en un clima bonito de convivencia, a esa otra más profunda que echa raíces en el corazón de quien se encuentra con Jesús y descubre que solo Dios puede ser la fuente de nuestra alegría.
Esa fue la razón profunda que llevó a Don Bosco a una actividad incansable para ayudar a sus jóvenes a acercarse a Jesús y a crecer en un camino de santidad.
Porque, como nos recuerda el papa Francisco,
el santo es capaz de vivir con alegría y sentido del humor. Sin perder el realismo, ilumina a los demás con un espíritu positivo y esperanzado.
Vivamos así este mes de mayo, generando fiesta y esperanza a nuestro alrededor.
Un fuerte abrazo.
0 comentarios