Buenas noches Enero de 2024.
A mis hermanos salesianos y a todos los miembros de nuestra Familia Salesiana.
«Un sueño que hace soñar. Un corazón que transforma los lobos en corderos».
El aguinaldo que nos ha regalado el Rector Mayor es una oportunidad para comenzar este 2024 reflexionando sobre nuestra vida y nuestra vocación.
El sueño de Juanito Bosco que recordamos en este bicentenario, no es solo una historia del pasado, sino un estímulo para vivir el presente de cada uno de quienes no sentimos parte de esta familia que él generó.
En mis buenas noches del primer trimestre del curso he ido compartiendo con vosotros algunas reflexiones a partir de fragmentos del sueño.
En este mes de enero he querido acudir al texto del aguinaldo propuesto por nuestro Rector Mayor para que podamos encontrar en él inspiración.
La clave nos la dio Don Felipe Rinaldi hace cien años, con ocasión del primer centenario del sueño.
Entonces, señalaba con claridad que el objetivo de aquella efeméride no podía ser otra que:
«meditar el sueño para ponerlo en práctica».
Así es, quienes hoy queremos vivir la pedagogía y la espiritualidad que Don Bosco nos legó, tenemos en este sueño una página de referencia para encontrar en ella un compendio vocacional, pedagógico y espiritual.
Nuestra tarea será interrogarnos qué nos dice hoy en nuestras vidas para que la reflexión nos Ileve a la oración y de la oración nazca una conversión personal.
Así lo expresaba D. Pascual Chávez en el aguinaldo del 2012:
Esta página autobiográfica ofrece una presentación sencilla, pero al mismo tiempo profética del espíritu y de la misión de Don Bosco.
En ella se define el campo de acción que se le confía: los jóvenes; se indica el objetivo de su acción apostólica: hacerles crecer como personas por medio de la educación.
Se le ofrece el método educativo que resultará eficaz: el Sistema Preventivo.
Se presenta el horizonte en el que se mueve toda su actuación y la nuestra: el diseño maravilloso de Dios que antes que nadie y más que cualquier otro, ama a los jóvenes.
En efecto, ni falta ni sobra nada. Por eso os invito, en estas Buenas Noches Enero de 2024, a acudir al sueño de Don Bosco con mirada contemplativa y con la decisión de aplicarlo en la propia vida.
El texto del aguinaldo de nuestro Rector Mayor nos será de gran ayuda para encontrar esa inspiración para nuestra vida y para nuestra misión educativa pastoral:
¿Qué me está pidiendo Dios, doscientos años después de aquel sueño?
Solo una interpretación vital y existencial podrá generar un cambio en nosotros.
El sueño de Juanito Bosco interpela nuestra vocación, nos invita a una revisión esperanzada de nuestras vidas para hacer propuestas valientes a los jóvenes que les ayuden a soñar a lo grande con la presencia de Jesús en sus vidas.
Sobre todo el sueño nos invita a confrontar nuestra vida con el ideal querido por Dios para seguir aprendiendo de la realidad que habitamos, como lo hizo Don Bosco a lo largo de su vida.
El sueño coloca a los jóvenes en el centro y a nosotros nos sitúa ante la fuerza transformadora de la bondad el exigente camino personal de hacernos humildes, fuertes y robustos.
Y el sueño nos reta a encontrar cuales son los modos concretos para ser obedientes a Dios y dóciles a la Sabiduría de la Maestra.
En la parte final del aguinaldo el Rector Mayor nos invita a soñar y nos señala caminos concretos para la aplicación del sueño en la misión salesiana.
Como nos sugiere son aspectos abiertos en los que cada uno puede sentir que algo de lo que se ha escrito puede estar pensado para él o para ella.
Desde esa clave os invito no solo a leer estos doce aspectos concretos que el Rector Mayor nos indica en la aplicación del sueño, sino a meditarlos, convertirlos en oración y aplicarlos en la vida como compromisos de este nuevo año que estamos empezando.
Un fuerte abrazo.
Inspector SSM
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