Buenas noches Julio Agosto de 2024

Autor: Fernando García Sanchez
On 4 julio, 2024

Buenas noches Julio Agosto de 2024

A mis hermanos salesianos y a todos los miembros de nuestra Familia Salesiana:

Esta época favorece llevar una vida distraída en la que se consumen experiencias y se pasa de una cosa a la otra sin que lo que se hace genere aprendizajes en el interior.

Estamos bombardeados de eslóganes, noticias, novedades que marcan campañas educativas y calendarios anuales.

Todo parece ir muy de prisa en este contexto de experiencias tan intensas como fugaces e inmediatas.

Durante todo el año he compartido con vosotros una mirada al pasado que toca la fibra sensible de nuestra vocación salesiana.

Convencido de que la historia es maestra de la vida he intentado conectar, en cada uno de mis escritos de «Buenas Noches», aquel sueño bicentenario que Juanito Bosco nos narró con las situaciones que hoy vivimos en la educación y evangelización de los jóvenes.

El día a día de cada uno es un libro de aprendizaje continuo para quien sabe callar y contemplar y así descubrir el susurro de Dios que se hace presente en las historias de vida de las personas.

Por eso, en estas últimas buenas noches del curso, no quiero añadir un tema nuevo a las reflexiones ya realizadas sobre el sueño de los nueve años, sino invitar a quienes las habéis leído a parar y contemplar lo vivido.

No será difícil echar la vista atrás y encontrarse con una conversación, una situación, una persona que ha dejado huella en nosotros y que sigue haciendo visible y creíble la genialidad del Sistema Preventivo.

El sueño de los orígenes que Don Bosco nos narró en sus «Memorias del Oratorio» sigue vivo en nuestras casas cada vez que ayudamos a un joven a vivir mejor y a encontrar un ambiente que le permita sacar lo mejor de sí mismo.

La voz de Dios se hace presente en educadores vocacionados, en personas entregadas a hacer realidad el Reino de Dios que vence el mal con la fuerza del bien generando espacios de encuentro, acogida y esperanza.

Llegamos al final de un curso en el que se nos ha invitado a pasar de las cosas que hacemos a interrogarnos por lo que somos.

Escuchar la narración que Don Bosco hizo de su propia vocación nos interpela a vivir la nuestra involucrándonos en esta historia desde dentro.

Dios tiene un sueño para cada uno de nosotros y nos llama, como hizo con Juanito Bosco, a colaborar con él en la construcción de un mundo mejor.

Contemplar la vida nos puede hacer mejores si somos capaces de dejarnos tocar por Dios, de identificar las cosas que no nos hacen crecer, de superar los bloqueos que dificultan la fraternidad y limitan las posibilidades de ser cada vez más libres y auténticos.

Si paramos un poco y contemplamos la vida que fluye ante nosotros, seguro que encontraremos motivos para dar gracias a Dios por este año, para aprender de lo que hemos vivido, para fortalecer nuestro interior y así poder ser esa mano amiga que Don Basca soñó para los jóvenes que vivían abandonados y en peligro. De este modo, aquel sueño de lobos y corderos seguirá haciendo soñar a otros…

Un fuerte abrazo.

Fernando

Fernando García Sánchez Inspector SSM

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