Buenas noches Septiembre de 2024
A mis hermanos salesianos y a todos los miembros de nuestra Familia Salesiana:
«Encontramos con frecuencia personas desanimadas, que miran el futuro con escepticismo y pesimismo como sí nada pudiera ofrecerles felicidad.
Que el Jubileo sea para todos, una ocasión de reavivar la esperanza».
El 24 de diciembre de 2024 el papa Francisco abrirá la puerta santa de la Basílica de San Pedro en el Vaticano y cinco días después, todas las catedrales del mundo harán lo mismo para que de forma simbólica y real, todas las comunidades cristianas entren por esta puerta del jubileo de la esperanza.
El jubileo de la esperanza
Cada 25 años, siguiendo una antigua tradición, la Iglesia invita a los cristianos a vivir un año de alegría porque la misericordia de Dios es más grande que cualquiera de las heridas del pasado que podamos llevar con nosotros.
Claro que hay motivos para lamentarse y para tener dudas ante el futuro, pero la esperanza que se fundamenta en la fe y se alimenta de la caridad es más grande que cualquiera de ellos.
La vida cristiana es un camino y necesita de momentos especiales como éste que vamos a vivir, para poder alimentar y robustecer juntos nuestra esperanza.
Se necesita una disposición interior
Para que la esperanza no nos defraude tenemos que generar en nosotros esa disposición interior que nos permita encontrarnos con Jesús para poder acoger su mensaje. De lo contrario seremos como un colador que no retiene el agua fresca que se vierte sobre él. Un jubileo es una experiencia extraordinaria que nos puede ayudar a salir de la inercia y la rutina en la que en ocasiones se instala nuestra vida.
Que cada veinticinco años, a un cristiano se le invite a mirar en su interior para no permitir que las dificultades del pasado bloqueen su presente y su futuro, es algo que debemos aprovechar para llenar nuestro corazón de ese perdón y esa paz que solo Dios puede regalarnos.
El papa Francisco al convocar este jubileo nos ha recordado que la esperanza no defrauda y a lo largo de este año, en las Buenas Noches que os iré escribiendo cada comienzo de mes aprovecharé para desgranar y comentar brevemente algunas de las reflexiones que él nos ofrece para transformar las situaciones de la vida en signos de esperanza.
Cruzar la puerta que introduce a una vida plena, esperanzada y alegre
Pongámonos ya en camino para poder cruzar esa puerta santa que nos introduce en una vida plena, esperanzada y alegre, no porque no tengamos problemas o incertidumbres, sino porque nos sentimos acompañados por el Dios de la vida y de la paz que es el fundamento de la esperanza. Solo podremos dar esperanza a quien lo necesita si nosotros la hemos vivido primero. No podremos ayudar a otros a sanar si antes no hemos experimentado la alegría de vernos reconciliados en lo más profundo de nuestro ser.
Comenzamos este camino como familia salesiana, educadores con el corazón de Don Bosco, jóvenes y adultos que habitan casas que quieren ser para los demás signos de vida y de esperanza.
Un fuerte abrazo
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