Buenas noches Octubre de 2024

Autor: Fernando García Sanchez
On 3 octubre, 2024

Buenas noches de Octubre de 2024, a mis hermanos salesianos y a todos los miembros de nuestra Familia Salesiana.

«Mirar el futuro con esperanza también equivale a tener una visión de la vida llena de entusiasmo para compartir con los demás. Sin embargo, debemos constatar con tristeza que en muchas situaciones falta esta perspectiva».

La primera actitud que debemos cultivar para ser sembradores de esperanza tiene que ver con los sentidos del oído y de la vista.

Mejorar nuestra capacidad de escucha nos ayudará a comprender mejor lo que el otro está viviendo.

Educar nuestra mirada nos permitirá contemplar lo que vemos y hacer posible que nazcan en nosotros aprendizajes.

Sin escuchar para comprender y sin contemplar la vida de las personas, ante determinadas situaciones hacer un llamamiento a la esperanza puede percibirse como una palabra hueca que en lugar de aliviar el sufrimiento de las personas agranda su malestar porque se sienten “sermoneadas” en lugar de comprendidas en su situación.

Ver y escuchar

Esta fue la sabiduría de Don Cafasso cuando invitó a Don Bosco a profundizar en su formación personal al mismo tiempo que recorría las calles de Turín, visitaba las cárceles y aprendía de esa manera a ver y a escuchar las necesidades de aquellos jóvenes.

Junto al acompañamiento de D. Cafasso, la fuerte experiencia de Dios que alimentaba la actividad de Don Bosco, sus habilidades relacionales con niños y adultos y su inteligencia práctica, hicieron que germinara en Valdocco el primer Oratorio, como un lugar de esperanza para los jóvenes abandonados y en peligro.

Muchas personas tienen hoy motivos sobrados para el desaliento y otras caen en el desánimo y en la pérdida de horizontes de sentido sin ni siquiera ser conscientes de las razones de su malestar.

Nuestros ambientes educativos que replican la sabiduría pedagógica y espiritual que Don Bosco aplicó en Valdocco, están llamados a ser lugares que ofrecen herramientas de esperanza.

Los jóvenes necesitan referentes que les ayuden a crecer.

Ambientes donde sea posible combatir la soledad, identificar las dependencias que lastran su desarrollo personal, enriquecer sus relaciones afectivas en un lugar donde se viva la alegría de dar y recibir.

Ambientes que ayudan a fortalecer la personalidad y el espíritu crítico, que ofrecen caminos de espiritualidad que permiten un encuentro profundo y duradero con el Dios del amor, de la vida y de la misericordia.

Lugares de encuentro

El ambiente oratoriano de los orígenes, que hoy se ha convertido en nuestras casas en tantas estructuras educativas repletas de actividades, permite generar lugares de encuentro que estarán insuflados de espíritu salesiano, si en ellos hay personas que los llenan de escucha, acogida, cercanía, cariño, orientación, consejo, perdón, paz…

El evangelio de Jesús no ha perdido su poder y tiene que seguir siendo la más importante de las buenas noticias que transmitamos en nuestras casas.

Dios sigue transformando muchas vidas con la fuerza que surge de encontrarse con Él y de experimentar la esperanza que nace de la fe y del amor.

Para ello, necesitamos escuchar a quien lo está pasando mal, comprender su situación, generar procesos en los que el ritmo no siempre podemos imponerlo nosotros y, sobre todo, sentirnos instrumentos del Dios de la esperanza para encontrar el gesto y la palabra oportuna que pueda ayudar a quien necesita renovarla en su corazón.

Un fuerte abrazo

Fernando

Fernando García Sánchez Inspector SSM

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