Buenas noches noviembre de 2024: A mis hermanos salesianos y a todos las miembros de nuestra Familia Salesiana
«Estamos acostumbrados a quererlo todo y de inmediato. La paciencia ha sido relegada par la prisa, ocasionando un daño grave a las personas. De hecho, ocupan su lugar la intolerancia, el nerviosismo y a veces la violencia gratuita, que provocan insatisfacci6n y cerraJ6n».
El papa Francisco nos invita con estas palabras a desarrollar la paciencia coma una virtud necesaria para poder vivir con esperanza. inspirándome en estas palabras he decidido hacer de la paciencia el tema de reflexión para las «Buenas Naches» de este mes de noviembre que estamos iniciando.
Cuando hablo de la paciencia no me refiero a la aceptaci6n resignada y pasiva de las cosas que pasan en nuestra vida.
La paciencia
Requiere una buena dosis de humildad, de fortaleza interior y sabiduría para saber leer correctamente el momento en el que se encuentra cada persona y adaptarse así a los procesos de las demás, sin caer en la tentaci6n de querer imponerse perdiendo la calma y la serenidad.
Se ejercita cuando se cultiva una actitud contemplativa ante la vida que imita a un Dios que es lento a la ira y rico en piedad.
Nos protege de la inmediatez, de la superficialidad en los análisis, de las prejuicios ante las personas. Supone tener esa compasi6n que mira al otro coma un misterio que contemplar, más allá de las diferencias en las puntos de vista o de las conflictos acumulados par el paso del tiempo.
Nos ayuda a ser conscientes de que no somos las dueños del tiempo y que no conocemos las procesos que cada persona necesita para sanar, comprender, perdonar, decidir.
También nos ayuda a aceptar lo que no puede cambiar o lo que no está en nuestras manos hacer. Conscientes de nuestros limites nos permite aceptarlos con serenidad y cultivar una mirada de fe que supera el voluntarismo o la mentalidad de la eficiencia.
Cuando nos falta,
Aun teniendo raz6n en las cosas, podemos atropellar a las personas. Aun teniendo muchas capacidades y preparaci6n, podemos acabar desilusionados y con un sentimiento de fracaso porque las cosas no salen coma deseamos.
En septiembre de 1876, Don Bosco escribió unos consejos para sus salesianos al finalizar una tanda de ejercicios espirituales en Lanzo Turinese. Les hablaba de la paciencia desde su propia experiencia personal y les reconocía los esfuerzos que todavía tenía que seguir realizando para cultivarla en su vida cotidiana. Los conflictos son parte de la vida relacional de las personas y nosotros estamos exentos de ellos. La paciencia que Don Bosco pedía a sus salesianos en esa intervención era la mirada eficaz para superarlos con dulzura y respeto.
La paciencia es una actitud espiritual y no solo una estrategia educativa. Nos ayuda a dominar los impulsos y a crear momentos de silencio interior en el que puedan reposar las situaciones que vivimos para que, en lugar de generar actitudes defensivas en nosotros, pueda crecer cada vez más la libertad, la serenidad y la paz interior.
Por eso, os invito en este mes a que cultivemos la paciencia para fortalecer la estructura de nuestra vida espiritual y así no permitamos que nada ni nadie nos quite la paz y la esperanza. Pidamos a Dios que nos inspire el gesto y la palabra oportuna para poder ser signos de esperanza para la vida de los demás.
Un fuerte abrazo.
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