Buenas noches febrero de 2025

Autor: Fernando García Sanchez
On 9 febrero, 2025

Buenas noches febrero de 2025

A mis hermanos Salesianos y a todos los miembros de nuestra Familia Salesiana.

“También necesitan signos de esperanza aquellos que en sí misma la representan: los jóvenes. Ellos lamentablemente con frecuencia ven que sus sueños se derrumban.

No podemos decepcionarnos, en su entusiasmo se fundamenta el porvenir».

Acompañando el final de la vida de una persona hemos podido experimentar como el alma se vuelve transparente.

Cuando la conciencia ya no puede frenar los impulsos interiores, brota al exterior de modo fragmentado e inconexo aquello que se ha cultivado a lo largo de toda una vida.

La muerte de Don Bosco no fue diferente a la de tantas otras personas que se van apagando poco a poco tras una vida desgastada.

Las palabras que escucharon quienes estaban a su alrededor, las guardaron como un tesoro y así nos las transmiten a nosotros.

¡Corran, corran rápido a salvar a esos jóvenes! ¡María santísima, ayúdales, madre, madre!

Los jóvenes ocupaban su corazón.

Los jóvenes habían ocupado todo su corazón y la preocupación por ellos surgía en esos momentos de fragilidad física en los que ya no había lugar para expresar con esa finura pedagógica y espiritual que había tenido, pensamientos elaborados.

A don Bonetti le daba una consigna precisa: “diles a los jóvenes que les espero a todos en el paraíso” y a quienes tenían que continuar su obra, unas palabras para exorcizar cualquier forma de desaliento: “¡Valor! ¡Adelante! ¡siempre adelante!”

Esta es la herencia que hemos recibido y la misión que tenemos confiada para seguir siendo signos de esperanza para los jóvenes.

La enseñanza de Don Bosco

Don Bosco nos enseñó el saber mirar para descubrir lo que ellos necesitan y a tener el ingenio pedagógico y el gesto y la palabra oportuna, para saber ofrecérselo.

Nuestras casas están llamadas a ser ecosistemas donde se respira vida porque gracias a la colaboración de muchas personas, se ofrece un ambiente en el que es posible encontrar referentes que escuchan, orientan y acompañan.

Porque en una sociedad en la que hay múltiples formas de comunicarse, muchos jóvenes se sienten solos y huérfanos de esos referentes adultos que sepan escuchar y dar herramientas que les ayuden a crecer.

En estas últimas semanas he podido hablar a diferentes grupos de chicos sobre esta necesidad y he podido sentir hasta qué punto estas palabras conectaban con ellos.

La importancia de tener personas que ayudan a verbalizar y poner nombre a las emociones, a distinguir el bien del mal, aceptar dependencia de diversos tipos que van mirando su ánimo y les atan con diferentes clases de redes.

La importancia de ayudarles a poner límites en su vida y en la de los demás, a superar esa cultura de lo inmediato que genera una baja tolerancia al fracaso.

La necesidad de ayudar

La necesidad de ayudarles a no dejar de creer en ellos mismos y a sembrar semillas de Evangelio y de espiritualidad.

De este modo una casa salesiana será un lugar de esperanza para los jóvenes.

Un sitio de encuentro con personas auténticas y creíbles.

Un espacio seguro de relaciones donde nace la amistad.

Un lugar educativo que ayuda a crecer, a formarse técnica y profesionalmente pero también emocional y espiritualmente.

Don Bosco nos impulsa a quienes compartimos su espíritu para seguir siempre adelante, poniendo alma en lo que hacemos.

Nos impulsa para ayudar a los jóvenes con quienes nos encontramos a tener horizontes de vida y de esperanza.

Como dice el papá Francisco, no podemos decepcionarlos, al contrario, nuestro deseo es ayudarles a ser felices aquí y en la eternidad.

Un fuerte abrazo.

Fernando

Fernando García Sánchez Inspector SSM

Posts relacionados

Comentarios

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *