Homilía del Papa del 1 de enero
El primer día del año, la Iglesia celebra la festividad de María Santísima Madre de Dios y en este uno de enero el Papa en su homilía, hizo una mención especial, dedicada a las mujeres.
Fueron emotivas las palabras de Francisco, que en la exaltación de la Virgen, hizo una alusión valorando a las mujeres, en el sentido de que también son mujeres y muchas, madres como María.
Puso como modelo a la Madre de Dios, en cuanto a la aceptación de los hechos que toquen vivir, haciendo hincapié en su actitud de custodia de vincular lo bueno y lo malo de la vida, aceptando y meditando en ello.
Realzó la importancia de la mujer en cuanto a que la Madre de Dios es mujer, y que la Iglesia Católica también, es madre de sus fieles.
Dentro del elogio del papel femenino en el mundo y en la Iglesia, pidió fervientemente para que termine la violencia a las mujeres diciendo textualmente:
Herir a una mujer es ultrajar a Dios, que tomó la humanidad de una mujer
El papá en sus homilías y reflexiones.
Recuerda a los más desfavorecidos y marginados, ofreciendo sus oraciones y peticiones por ellos, además de concienciar a todos cuantos le escuchan, en la necesidad de hacer lo que esté en manos de cada uno, por nuestros hermanos más vulnerables.
En este primer día del año dedicado a María, recordando las vicisitudes vividas en su camino a Belén, a punto de dar a luz al Señor, en su parto en el establo, en el dolor que le pudo provocar al ver al Niño sin ni siquiera una cuna, la aflicción que debió sentir al contemplar a su hijo tan indefenso, sin poderle ofrecer ninguna comodidad, Francisco mencionó por extensión, el sufrimiento de las mujeres que padecen violencia, pidiendo por el final de esta lacra.
Me pareció una homilía que como todas las del Papa Francisco, muestran una gran empatía, sensibilidad y preocupación por los diferentes problemas e infortunios que padece la humanidad, lo que hace que los fieles vivan a un Pontífice eminentemente cercano y que quiere estar al lado de los que más sufren.
En mi opinión esta actitud de Francisco con los seres humanos, creo que trasciende a muchas personas de otras religiones e incluso, de no creyentes.
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